Nos adentramos en el lenguaje escrito, utilizando siempre la mayúscula y a través del nombre propio y el de los compañeros, canciones y poesías con pictogramas y el vocabulario trabajado. Lo hacemos de una forma lúdica y manipulativa, observando las palabras, si son largas o cortas, por qué letra empieza y termina cada una, qué letras se repiten, cuántas tiene,...
El nombre propio es lo primero que se trabaja, ya que es lo más cercano al niño. Cada uno identifica su nombre en la asamblea, lo relaciona con su número y lo coloca en el lugar correspondiente. Después, el encargado del día construye su nombre, utilizando letras con velcro.
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